Soy partidario de que los políticos tengamos
todo tipo de controles sobre nuestro desempeño, entre ellos, por supuesto, el
control ciudadano que hacen iniciativas como Bogotá Cómo Vamos, promovida por
la Universidad Javeriana, la Fundación Corona, EL TIEMPO y la Cámara de
Comercio de Bogotá. Bogotá Cómo Vamos hace un ejercicio de evaluación y
seguimiento de los cambios en la calidad de vida de la ciudad y el Concejo de
Bogotá; en cuanto al Concejo, se propone como objetivo promover un gobierno
transparente y una ciudadanía participativa e informada.
Es una iniciativa y herramienta importante para los ciudadanos y para Bogotá. Sin embargo, en la más reciente medición se cometen graves errores que contradicen sus objetivos fundamentales. Bogotá Cómo Vamos califica con un 45 por ciento el control político que hacemos los concejales y las bancadas, debido a que esa es la función esencial de los concejales. En mi caso, fui calificado con 0 por ciento, y es aquí donde surge el daño irreparable al buen nombre, que radica en que el control político no depende exclusivamente del concejal.
Es una iniciativa y herramienta importante para los ciudadanos y para Bogotá. Sin embargo, en la más reciente medición se cometen graves errores que contradicen sus objetivos fundamentales. Bogotá Cómo Vamos califica con un 45 por ciento el control político que hacemos los concejales y las bancadas, debido a que esa es la función esencial de los concejales. En mi caso, fui calificado con 0 por ciento, y es aquí donde surge el daño irreparable al buen nombre, que radica en que el control político no depende exclusivamente del concejal.
He radicado proposiciones para que se
realicen los siguientes debates, tanto al presidente de la corporación como a
los presidentes de las diferentes comisiones: ‘carrusel’ de la contratación,
con invitación al Fiscal General de la Nación (con aceptación del exfiscal
Jorge Perdomo); metro pesado, metro elevado, vendedores ambulantes, reserva Van
der Hammen, Canal Capital. Ninguno fue programado para debate de control
político; no hay antecedentes de que esta práctica haya ocurrido, nunca se
había visto que el Concejo de Bogotá no le programara un debate a la oposición;
hoy ocurre, bajo la presidencia del concejal Roberto Hinestrosa, de Cambio
Radical, violentándose dos derechos fundamentales, el ejercicio del control
político establecido en la Constitución y la ley y, de la misma manera,
afectando el derecho al buen nombre, consagrado en la Constitución Política.
Situación generada por la falta de garantías al ejercicio de la oposición,
maltratando la democracia. No obstante, vale la pena resaltar que diferentes
bancadas manifestaron su malestar y desacuerdo al presidente de la corporación
por esta práctica.
Somos la única bancada a la que no se le
programaron en el primer semestre debates de control político, y es aquí donde
surge una oportunidad. Si el objetivo de Bogotá Cómo Vamos es “promover un
gobierno transparente”, también su observancia debe estar dirigida al control
de garantías, que en este caso se violentó, problema que está en el alma de la
política colombiana. Callar a la oposición para gobernar no son los sellos de
este tiempo.
Bogotá Cómo Vamos no hace la aclaración pertinente, contribuyendo así a que esta práctica antidemocrática pase desapercibida. El control ciudadano también es de doble vía: así como observa, tiene el deber de emitir información veraz, y este no ha sido el caso. No pierde la bancada progresista, pierden los bogotanos cuando su junta directiva hace debates de control político al acomodo del gobernante de turno, o solo los que él quiere y promueve.
Bogotá Cómo Vamos no hace la aclaración pertinente, contribuyendo así a que esta práctica antidemocrática pase desapercibida. El control ciudadano también es de doble vía: así como observa, tiene el deber de emitir información veraz, y este no ha sido el caso. No pierde la bancada progresista, pierden los bogotanos cuando su junta directiva hace debates de control político al acomodo del gobernante de turno, o solo los que él quiere y promueve.
¿Faltó rigor de la evaluación al no advertir
la irregularidad? ¿Falta flexibilidad del indicador cuando se presenta este
tipo de violación del derecho fundamental de control político?
A propósito de las campañas de desprestigio y fabricadas con mentiras, el concejal al que censuran en el Concejo es el mismo concejal que tildan de instigador de disturbios en TransMilenio, de manipulador de habitantes de la calle y, ahora, de ser el peor concejal de Bogotá. La construcción de un nuevo país en paz exige decencia democrática.
A propósito de las campañas de desprestigio y fabricadas con mentiras, el concejal al que censuran en el Concejo es el mismo concejal que tildan de instigador de disturbios en TransMilenio, de manipulador de habitantes de la calle y, ahora, de ser el peor concejal de Bogotá. La construcción de un nuevo país en paz exige decencia democrática.
Censura radical de Peñalosa
... metro elevado, vendedores ambulantes, reserva Van der Hammen, Canal Capital. Ninguno fue programado para debate de control político; no hay ...
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