El riesgo de
privatización de EPM es cada vez más grande con la intromisión del Grupo
Empresarial Antioqueño en la empresa.
Desde la única partida presupuestal efectuada en 1955
para crear sus Empresas Públicas, el Municipio de Medellín no ha tenido que
destinar un centavo más para EPM; por el contrario, el ente autónomo ha
devuelto multiplicada esa inversión tanto con cobertura, calidad y eficiencia
en la prestación de servicios públicos, como en transferencias al Municipio.
Parte
del éxito social y empresarial de EPM estaba soportado en su autonomía técnica,
patrimonial y política. Esa autonomía, que políticos y administradores
privatizadores han buscado socavar, triunfó en 1997 cuando el Concejo de Medellín,
en vez de sucumbir ante un primer intento privatizador, dejó plasmado en el
Acuerdo 069 la transformación de EPM en una Empresa Industrial y Comercial del
Estado propiedad 100% del Municipio de Medellín, y estableció su forma de
administración y el porcentaje de las transferencias, que en los últimos 15
años suman $8,6 billones y se proyectan en $4 billones para el período
2016-2019, de los cuales, según EPM, ya se han entregado $670 mil millones a
septiembre de este año.
Entre
2004 y 2005, durante la gerencia de Juan Felipe Gaviria Gutiérrez, no solo se
promovió un nuevo debate sobre la privatización de EPM, sino que se contrató a
la firma Teletraining, que en una de las conclusiones de su costosa consultoría
sugirió que “era necesario escindir el negocio de las telecomunicaciones”.
Así nació UNE y años más tarde, en 2013, se dio la llamada fusión UNE-Millicom,
con resultados negativos para las finanzas de EPM y para la estabilidad y la
calidad de vida de los trabajadores, por mencionar solo dos aspectos.
En una
reunión entre SINPRO y el Gerente de EPM, Juan Felipe Gaviria y cuando se
planteaba la escisión de las telecomunicaciones, nos expresó: "No se
preocupen aún por la privatización de EPM. El que va a privatizar a EPM apenas
está estudiando en EAFIT”.
Desde esa
época, pero con antecedentes desde 1995 con el propio Juan Felipe Gaviria como
protagonista, y con el argumento de proteger a EPM de la politiquería, los
privados, con la aquiescencia de las administraciones de turno (alcaldes y
gerentes), fueron permeando de intereses privados la Junta Directiva y algunos
cargos directivos de EPM, con incidencia en las decisiones estratégicas y la
propia estructura de la Empresa. A partir de allí se dieron los pésimos
negocios de Orbitel, Colombia Móvil y TigoUNE; el inicio del programa “Grupo
EPM Sin Fronteras”; las inversiones de EPM en el exterior; la prevalencia de
los resultados financieros a costas de los social; la creación del
“Conglomerado Público de Medellín”; los proyectos de ley para modificar el
objeto social de las empresas de servicios públicos; y la puerta giratoria
entre directivos y altos ejecutivos de EPM, el Grupo Empresarial
Antioqueño (GEA) y otras empresas privadas con intereses en EPM.
Con la firma
en 2007 del “Convenio Marco de Relaciones Municipio de Medellín - EPM”, se hizo
más evidente la injerencia e interés de los privados por apropiarse de EPM a
como diese lugar. El Convenio, aún vigente, firmado por el Alcalde Sergio
Fajardo Valderrama y el Gerente de EPM de la época, Juan Felipe Gaviria, obliga
hoy al Municipio de Medellín (Alcaldía y Concejo) a respetar la autonomía
administrativa de EPM, señalando, entre otros, que se mantengan al menos cinco
miembros independientes, de los nueve de la Junta Directiva.
Desde esa
época, pero con antecedentes desde 1995 con el propio Juan Felipe Gaviria como
protagonista, y con el argumento de proteger a EPM de la politiquería, los
privados, con la aquiescencia de las administraciones de turno (alcaldes y
gerentes), fueron permeando de intereses privados la Junta Directiva y algunos
cargos directivos de EPM, con incidencia en las decisiones estratégicas y la
propia estructura de la Empresa. A partir de allí se dieron los pésimos
negocios de Orbitel, Colombia Móvil y TigoUNE; el inicio del programa “Grupo
EPM Sin Fronteras”; las inversiones de EPM en el exterior; la prevalencia de
los resultados financieros a costas de los social; la creación del
“Conglomerado Público de Medellín”; los proyectos de ley para modificar el
objeto social de las empresas de
servicios públicos; y la puerta giratoria entre directivos y altos ejecutivos
de EPM, el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) y otras empresas privadas con
intereses en EPM.
Con la firma
en 2007 del “Convenio Marco de Relaciones Municipio de Medellín - EPM”, se hizo
más evidente la injerencia e interés de los privados por apropiarse de EPM a
como diese lugar. El Convenio, aún vigente, firmado por el Alcalde Sergio
Fajardo Valderrama y el Gerente de EPM de la época, Juan Felipe Gaviria, obliga
hoy al Municipio de Medellín (Alcaldía y Concejo) a respetar la autonomía
administrativa de EPM, señalando, entre otros, que se mantengan al menos cinco
miembros independientes, de los nueve de la Junta Directiva.
El ratón cuidando el queso…
Aunque los
actuales miembros “independientes” de la Junta de EPM cumplen los requisitos
consagrados en la Ley 964 de 2005, basta dar una simple ojeada para ver que no
hay tal independencia: tres provienen del sector privado; uno es vicepresidente
de una empresa del GEA (Andrés Bernal Correa, Protección) y otro, hasta hace
unos meses, era Presidente de una de ellas (Carlos Raúl Yepes Mejía,
Bancolombia); cabe señalar que el GEA, con Celsia (EPSA) es competidor directo
de EPM en el negocio de energía.
Hay más. En
la Junta Directiva de lo que queda de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., donde en
el papel EPM tiene el 50% más una acción, también tiene asiento un miembro del
GEA (Miguel Moreno Múnera, Nutresa). Eso sin contar con que el actual Director
de Comfama (David Escobar Arango), la caja de los empresarios privados, fue
Vicepresidente de UNE, donde el esposo de la anterior Directora de Comfama
(Federico Arango Toro) hace parte de la Junta de UNE como representante de EPM.
La fiesta del yo con yo.
Esa
“autonomía” no solo es en la Junta Directiva. Los últimos gerentes, una vez
fuera de EPM fortalecieron sus vínculos con empresas del GEA o con intereses en
EPM: Juan Esteban Calle, responsable de la falta de solidez y pérdida de
credibilidad actual de EPM, se fue a gerenciar a Cementos Argos, uno de los
principales proveedores de EPM; Federico Restrepo Posada cuando salió de EPM y
antes de ser candidato a la Gobernación de Antioquia llegó a la compañía de
financiamiento Tuya, de propiedad del GEA; y el propio Juan Felipe Gaviria
siguió asesorando a Conconcreto y a Construcciones El Cóndor, contratistas con
grandes intereses en EPM. Adicionalmente, Esteban Iriarte, expresidente de UNE
y miembro actual de la Junta de esa empresa, se vinculó a la de Sura Asset
Management S.A., una compañía de pensiones, ahorro e inversiones adscrita al
GEA, de la cual es vicepresidente un miembro de la Junta de EPM. Una telaraña
de los mismos con las mismas.
Privados, EPM y financiación de campañas
políticas
Caen como
anillo al dedo las palabras del abogado y ex Procurador General de la Nación,
José León Jaramillo Jaramillo: “…empezaron a patrocinar las campañas
políticas de los alcaldes y de los gobernadores, con el convencimiento de que,
quienes fueran elegidos, se convertirían en peleles (SIC) a su servicio y que,
por lo tanto, sólo tendrían las cuentas bancarias del Municipio o del
Departamento en Bancolombia, solo contratarían empréstitos con ellos, sólo
adquirirán seguros de Sura, sólo comprarían cementos Argos y adicionalmente les
adjudicarían a ellos, también, todas las contrataciones públicas en las que
pudieran estar interesados y de postre, les concederían, también, un porcentaje
importante de la burocracia en sus administraciones (…)
Poco a poco,
han insertado cuadros suyos en la administración de esta empresa y se dice que
la idea que desarrollan, al parecer, es la de reventarla financieramente, para
llegar como salvadores y comprarla bien barata”. Para
ilustrar esa advertencia basta rememorar uno de esos negocios en el pasado
reciente: el de los vehículos de Emvarias (Grupo EPM) mediante el modelo de
renting, con Bancolombia. ¿Otra coincidencia?
Lo que
no resulta casual es el hecho de que el GEA y otras empresas privadas hayan
hecho millonarios aportes a la mayor parte de las últimas campañas de
candidatos a la Alcaldía de Medellín -Más de $500 millones en la de 2015 de
acuerdo con las cuentas publicadas por ellas-, sin contar las de los
últimos tres mandatarios locales (Sergio Fajardo, Alonso Salazar y Aníbal Gaviria),
es decir, de quienes ejercen como Presidentes de la Junta Directiva de EPM.
Confiamos,
independientemente de que haya recibido cuantiosos recursos para financiar su
campaña por parte de Protección, las fundaciones Celsia y Bancolombia, Cementos
Argos, Crystal SAS y Sator SAS (Argos), entre otros, que el Alcalde Federico
Gutiérrez Zuluaga sea consecuente con sus palabras, en el sentido que: “EPM
es y debe seguir siendo autónoma y 100% pública, pero con mayor responsabilidad
social…” (Conversatorio SINPRO, octubre de 2015), aunque su silencio ante
acontecimientos como los despidos de trabajadores de UNE y la venta parcial de
la parte operativa de la empresa a Huawei parecen decir lo contrario.
Privados, EPM y financiación de campañas
políticas
Caen como
anillo al dedo las palabras del abogado y ex Procurador General de la Nación,
José León Jaramillo Jaramillo: “…empezaron a patrocinar las campañas
políticas de los alcaldes y de los gobernadores, con el convencimiento de que,
quienes fueran elegidos, se convertirían en peleles (SIC) a su servicio y que,
por lo tanto, sólo tendrían las cuentas bancarias del Municipio o del
Departamento en Bancolombia, solo contratarían empréstitos con ellos, sólo
adquirirán seguros de Sura, sólo comprarían cementos Argos y adicionalmente les
adjudicarían a ellos, también, todas las contrataciones públicas en las que
pudieran estar interesados y de postre, les concederían, también, un porcentaje
importante de la burocracia en sus administraciones (…)
Poco a poco,
han insertado cuadros suyos en la administración de esta empresa y se dice que
la idea que desarrollan, al parecer, es la de reventarla financieramente, para
llegar como salvadores y comprarla bien barata”. Para
ilustrar esa advertencia basta rememorar uno de esos negocios en el pasado
reciente: el de los vehículos de Emvarias (Grupo EPM) mediante el modelo de
renting, con Bancolombia. ¿Otra coincidencia?
Lo que no
resulta casual es el hecho de que el GEA y otras empresas privadas hayan hecho
millonarios aportes a la mayor parte de las últimas campañas de candidatos a la
Alcaldía de Medellín -Más de $500 millones en la de 2015 de acuerdo con las
cuentas publicadas por ellas-, sin contar las de los últimos tres
mandatarios locales (Sergio Fajardo, Alonso Salazar y Aníbal Gaviria), es
decir, de quienes ejercen como Presidentes de la Junta Directiva de EPM.
Confiamos,
independientemente de que haya recibido cuantiosos recursos para financiar su
campaña por parte de Protección, las fundaciones Celsia y Bancolombia, Cementos
Argos, Crystal SAS y Sator SAS (Argos), entre otros, que el Alcalde Federico
Gutiérrez Zuluaga sea consecuente con sus palabras, en el sentido que: “EPM
es y debe seguir siendo autónoma y 100% pública, pero con mayor responsabilidad
social…” (Conversatorio SINPRO, octubre de 2015), aunque su silencio ante
acontecimientos como los despidos de trabajadores de UNE y la venta parcial de
la parte operativa de la empresa a Huawei parecen decir lo contrario.
Desde SINPRO seguiremos vigilando,
trabajando y aportando para que EPM siga, efectivamente, siendo el ente
autónomo que fue soñado por sus fundadores. Desde SINPRO seguiremos vigilando,
trabajando y aportando para que EPM siga, efectivamente, siendo el ente
autónomo que fue soñado por sus fundadores.
EPM y la puerta giratoria con el GEA - sinpro